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En épocas de crisis escucho muy frecuentemente cómo las personas que tienen la formación y desarrollo del personal bajo su cargo, expresan, en un estado de inconformidad, que uno de los principales rubros reducido en el presupuesto es el de capacitación y desarrollo. Profesionalmente me parece curiosa esta forma de tomar decisiones, pues en épocas de crisis es cuando se requiere tener mejor “equipado” al personal, especialmente al que tiene que liderar equipos.

Cuando observas los comportamientos de las personas que están pasando dificultades que, incluso llegan a la crisis, podrás observar algunos de los siguientes, si no todos:

  • Ejecutivos tomando decisiones en estados de miedo, ansiedad, presión y/o frustración
  • Comunicándose entre ellos y con sus equipos en estados de impaciencia, intolerancia y/o enojo
  • Enfocándose en los problemas y ciegos a ver opciones, sintiéndose sin recursos

Esta lista podría continuar, por lo que que esta estrategia de sólo enfocarse en resolver temas operativos, comerciales o financieros puede no ser la más atinada para sacar a una empresa de una situación difícil. ¿Te puedes imaginar cómo es el ambiente de trabajo bajo estos comportamientos?, y ¿Te puedes imaginar cómo se siente el personal bajo estos ejecutivos? ¿Estarán siendo productivos?

¿Qué requieren las personas que lideran, buscan soluciones y toman decisiones en las empresas?

Necesitan estar en estados de optimismo, a pesar de las circunstancias; pensar con la cabeza “fría”; enfocarse en soluciones y salirse del bloqueo que genera sólo ver el problema; comunicarse efectiva y asertivamente para que las decisiones fluyan rápida y correctamente. Lo demás, viene por añadidura. ¿Estas de acuerdo conmigo?

Gracias a los estudios de la Neurociencia, podemos argumentar cómo es de importante “equipar” a las personas con herramientas personales que les permiten enfrentar los retos de una manera más efectiva, ya que nuestros pensamientos y emociones tienen un fundamento en la química cerebral. Por tanto, cuando estas bajo estados como los que describo arriba, el cerebro segrega de una manera regular hormonas que, de darse de manera repetitiva, tiene un efecto directo en el cuerpo, causando enfermedades que hoy en día están categorizadas como derivadas del stress continuo. Algunas de estas son: migrañas, colitis, gastritis, presión alta e incluso infartos prematuros o cáncer. ¿Qué significa esto en el lugar de trabajo? Que la persona no esta desempeñándose desde la salud y cuando no tiene salud, su nivel de productividad es muy bajo, si no, nulo.

Ahora bien, podrá surgirte la pregunta: ¿Qué tiene que ver esto con “equipar” a las personas para manejar situaciones difíciles en la empresa?

La respuesta es: mucho.

A continuación te presento tres razones por las cuales es crucial invertir en las personas, especialmente cuando están pasando

momentos difíciles, pues los buenos, por sí solos generan bienestar.

  1. Cuando los líderes aprenden a manejar sus emociones logran liderarse a sí mismos de una mejor manera. Para ello necesitan aprender herramientas prácticas.
  2. Los líderes son las personas que forman la cultura organizacional, ya que son los modelos de los comportamientos evidenciados y seguidos por sus equipos. Me recuerda a un dicho que escuché hace mucho: “Si el jefe masca chicle, todos mascan chicle”. Esto significa que si el jefe esta bajo estados de ansiedad e intolerancia, es de suponer que la mayoría del personal esté operando desde el mismo estado.
  3. Cuando los líderes se comunican efectiva y asertivamente, la ejecución de las estrategias se da de una manera creativa y efectiva. Se crea un ambiente de cooperación y armonía. Las personas se enfocan en resolver, ver soluciones y se sienten empoderadas para actuar.

Entonces, ¿te das cuenta como es de importante crear una cultura sana para generar la productividad necesaria que lleve a la rentabilidad deseada?