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Tengo 9 años de tener el privilegio de haber iniciado mi carrera como Coach Ejecutivo y dentro de los muchísimos aprendizajes que he tenido en este mundo, quiero resaltar 2 fundamentales sobre los que hablaré en esta ocasión.

Cuando hablamos de cultura organizacional se puede ver desde este término muy general: CULTURA. Sin embargo, si lo vamos desglosando hacia una definición sencilla para entender en qué consiste, se trata de formas de pensar y sentir, que se manifiestan en lo que dicen y hacen las personas en una empresa. Eso que tienen en su mente y corazón acerca de sí mismos en la empresa y, acerca de ella, es lo que muestran con lo que dicen y hacen en su día a día.

Por tanto, en mi práctica de Coaching con los ejecutivos de una organización, hay 2 elementos sobre los que quiero ahondar porque esto, desde mi experiencia, es lo que lleva a una empresa a crecer en todos sus ámbitos, llámese liderazgo, posicionamiento, ventas, productividad y por ende, rentabilidad.

El primero es COMPROMISO. Este término, si lo buscamos en el diccionario, significa “Obligación contraída por una persona que se compromete o es comprometida a algo.” ¿cómo logra una empresa tener el compromiso de sus colaboradores? Por el buen ejemplo de sus líderes. Este buen ejemplo significa ser congruente con lo que se dice y hace. Si las personas en su día a día observan a sus líderes que todo lo que se les pide, sus líderes son los primeros en practicarlo, los siguen y modelan sus comportamientos.

Ahora bien, es interesante observar que hay muchos altos ejecutivos que saben lo anterior, pero a la hora de verse a sí mismos, ven algo diferente. Me refiero que en más de una ocasión, he tenido clientes que quieren que sus colaboradores hagan algo y no se percatan que él o ella es el primero en no hacerlo. Durante un proceso de coaching aprenden a verse a sí mismos y darse cuenta que son los primeros quienes tienen que cambiar para que la cultura, deseada por ellos, se practique en realidad. Muchas veces las grandes fortalezas de un alto ejecutivo que alcanza resultados, se pueden convertir en puntos ciegos. En una conversación de coaching, honesta y abierta para generar el cambio, el cliente se hace consciente de lo que transmite a los demás y aprende nuevas formas de hacerlo. De estos cambios auténticos, surge el compromiso.

El segundo elemento es lo que VALORA. Aquí me refiero a eso que es más importante para el ejecutivo. En el torbellino del día a día, muchas veces, el ejecutivo no se detiene a reflexionar acerca de lo que más valora en su vida en general y, específicamente, en su profesión y gestión en la empresa. Cuando tenemos esa conversación de coaching donde se hace más consciente de lo que es importante para él, surge ese destello de claridad y energía que le permite entender su rol dentro de la empresa. Este golpe de energía lo convierte en una persona más enfocada, entusiasmada y llena de vitalidad para llevar a su empresa donde se ha propuesto independientemente de los retos que tiene que enfrentar. Muy gratificante para el Coach, ver ese cambio en la persona, pues éste tiene un efecto multiplicador en su organización.

El Business Coaching entre sus varias acciones, tiene estas sesiones de coaching individuales y grupales. Este acompañamiento permite a los ejecutivos hacerse conscientes de su compromiso para llevar a la empresa a la visión definida y valorar por qué lo hacen. Por eso es tan poderoso el Business Coaching, porque es una herramienta que transforma a los lideres claves, contribuyendo a un proceso de crecimiento sostenido como resultado de los cambios de hábitos que se van dando en cada uno de los miembros y que surge de modelar a los líderes comprometidos.