Joven Maestro
El mejor regalo de un padre a sus hijos
Carta de una hija a sus padres:
Queridos papás:
Quiero contarles una experiencia que definitivamente ha cambiado mi vida, puedo comprender que para ustedes es difícil cómo decirles a sus hijos que para las vacaciones, quieren que vayan a un entrenamiento donde les darán las herramientas para volverse una persona responsable y seguro de ellos mismos ante todas las situaciones que se les presenten, muy probablemente la respuesta que están seguros que recibirán será algo parecido como: ¡Pero son mis vacaciones! o ¿De verdad debo ir?
Ante ese tipo de respuestas, les aconsejo que por ningún momento retrocedan en la decisión, por más incómodo que sea el estar presionando a sus hijos o por tener consideración que están en vacaciones, porque les estarán permitiendo ser mejores al aprovechar ese tiempo. Al final valdrá la pena.
Como hijo cuesta darse cuenta que no estoy desperdiciando mi tiempo, sino al contrario, porque cuando mis papás me dijeron que tenía que ir a un entrenamiento llamado Joven Maestro y que sería para mis vacaciones; donde tenía otros planes, no me pareció nada divertido, pues era al fin de cuentas mi tiempo libre, sino es que, mi recompensa después de pasar estudiando. Pero decidí ir el primer día, conocí a mis compañeros y coachs, empezábamos a compartir ideas, creencias y nuestra manera de ver el mundo.
Tanto me gustó, que el segundo día llegué con más ánimo, a medida iban pasando los días, me iba sintiendo feliz porque me daba cuenta que mi felicidad, solamente dependía de mí al decidir cómo quiero ser y cómo me quiero sentir.
Hubo momentos en los que me puse a pensar que había venido sintiendo que nadie me entendía, que entendían algo diferente a lo que yo quería comunicar o que el problema era que me costaba expresarme, ante esto mi coach me demostró la importancia de la comunicación, de seleccionar la forma para decir las cosas y así comunicarme asertivamente.
Trabajar en organizar mi tiempo para hacer todo lo que me gusta y al mismo tiempo cumplir mis responsabilidades es uno de los aprendizajes más grandes que he tenido porque eso no conllevo a dejar de lado mi felicidad, dejé de molestarme por esos pequeños detalles que pasaban día con día. Aprendí a ver los problemas diferentes y pensar: ¿por qué molestarme si son situaciones que yo puedo controlar y mejorar? Y si no podía controlarlas, entonces, ¿por qué molestarme?
Es por ello que el tiempo que tu hijo invierta a pesar de estar en vacaciones valdrá la pena, los cambios no solo podrá sentirlos él/ella, también se reflejará en todo su entorno, al igual que en mi caso que varias de mis amigas lo notaron y por supuesto mi familia.
Ser agradecidos por todo lo que pase, ya sea negativo o positivo es una forma de ahorrar malos humores, discusiones y tristezas. De transformar un ambiente negativo por uno armonioso.
Queridos papás, sé que la relación con sus hijos es importante así como para nosotros como hijos, a veces solo necesitamos que nos guíen a través de herramientas que permita desarrollar todo el potencial que tenemos, para que seamos hijos con confianza, y con la mayor seguridad en cualquier área de nuestras vidas. Se estará creando una forma no solo más fácil de vivir sino más placentera. Entonces la próxima vez que tus hijos te digan “no son mis vacaciones”, tu diles “no, es tu futuro”.