¿Existe una fórmula que logre un alto rendimiento sostenible en el tiempo?
Probablemente te hayas hecho esta pregunta en más de alguna ocasión. Me atrevo a decir que sí existe. En las empresas no suele encontrarse en la mayoría de las personas, más bien es escaso encontrarla, pero existe.
Pues bien, la fórmula es encontrar la motivación constante que permita, aún en momentos de adversidad, seguir adelante.
Para llegar a la fórmula veamos los elementos que la componen:
Emoción, viene del latín emotio, nombre que se deriva del verbo emovere, es decir mover.
Motivación también deriva del latín motivus o motus, que significa ‘causa del movimiento’. Los factores o determinantes internos que incitan a una acción. La motivación es un estado interno que activa, dirige y mantiene la conducta.
Si tomamos estos 2 elementos y los juntamos podemos interpretar que dice así: moverse y tener un motivo para moverse. La emoción, por tanto mueve. Ahora bien, ¿qué hace que surja la emoción para que la persona se mueva?
Según Abraham Maslow, Psicólogo Humanista de los años 30 del siglo XX, las necesidades son las que mueven al ser humano. Sin embargo, tanto los animales como los seres humanos nos movemos para satisfacer necesidades, las cuales son por déficit. Es decir, nos falta algo como el alimento, la bebida o dormir, pero en cuanto obtenemos lo anterior, se nos quita la necesidad. Lo que nos distingue de los animales es que tenemos la necesidad mayor, o sea una que, al satisfacerla, no nos quita el deseo, sino al contrario, al tenerla, queremos cada vez más, y es, la de trascender. Como seres humanos buscamos dejar un legado. Por tanto, al encontrar ese propósito que nos brinde esa satisfacción de trascendencia, encontramos el motivo para movernos, adquirimos esa emoción que nos mueve.
La Neuro- Semántica ofrece un modelo que, si Abraham Maslow estuviera vivo, probablemente le daría su aprobación, ya que hace una correlación directa entre el tener un alto propósito o, también dicho, como un significado mayor, nos mueve a querer desempeñarnos con maestría. Esta última, solo se puede adquirir con la constante auto actualización y puesta en práctica.
La Neurociencia también nos muestra que la motivación de los seres humanos se mantiene en una constante cuando tenemos la sensación de logro en actividades que le damos sentido porque tienen un alto significado para nosotros, esto hace que segreguemos hormonas positivas, lo cual resulta en un circulo virtuoso, porque al tener la sensación de logro, nos motivamos a querer alcanzar aún más logros.
Entonces, la fórmula para alcanzar altos rendimientos en uno(a) mismo es encontrar un alto significado de por qué hago lo que hago. ¿Cuál es el propósito de lo que hago en mi trabajo? Al encontrar ese significado poderoso, encontramos la motivación para no desfallecer y seguir con determinación.
Finalmente, el Coaching ejecutivo es una herramienta que ayuda a encontrar la motivación en las empresas para que estas puedan desarrollar equipos de alto rendimiento, ya que juntos o individualmente, encuentran el significado mayor a lo que hacen como equipo.