Porque la gente feliz es más productiva, según estudios de un grupo de investigadores británicos, las personas felices son un 12% más productivas (Fast Company: happy-workers-are-more-productive-science-proves-it)
No se necesita mucha investigación rigurosa y medida para poder afirmar lo anterior. En mis más de 30 años de experiencia en el mundo de Recursos Humanos, ahora Gestión Humana, Talento Humano, etc., he podido evidenciar las grandes diferencias entre las personas que son felices en las organizaciones con las que están bajo altos niveles de estrés y estados de enojo o frustración.
Quiero elaborar primero sobre estas últimas personas y lo que pude observar de ellas en las empresas. En primer lugar, si ocupan posiciones de liderazgo, que por cierto ¡son muchísimas! Son personas que sin duda tienen un alto CI, muchos conocimientos técnicos y gran creatividad, por eso llegan a estas posiciones. Sin embargo, su inteligencia emocional es de cuestionar, pues resuelven los conflictos gritando o humillando a los miembros de su equipo. Alcanzan los resultados esperados por la empresa, pero si vamos a explorar un poco más, encontramos que su equipo admira su capacidad de trabajar, no así su forma de tratarlos. Encontramos personas temerosas de tomar decisiones, deprimidas, asustadas e inseguras. Como si no fuera lo peor, con síntomas de mala salud. Me pregunto entonces, si cada día encuentras este tipo de personas en estas condiciones, ¿qué tan productivas pueden ser? A lo mejor aquí cabe definir qué es ser productivo.
La definición de ser productivo en una empresa, para mí, es realizar un trabajo impecable, de la manera esperada por la empresa que la llevan a obtener los resultados deseados y proyectar una imagen positiva hacia sus clientes. Las personas productivas están comprometidas con los objetivos de la empresa y lo hacen con entusiasmo, disfrutando el reto, proponiendo ideas para hacer las cosas mejor y entregándose con cuerpo y alma a sus responsabilidades.
Recientemente tuve la oportunidad de seguir el proceso de una joven profesional, por cierto del grupo categorizado como Milenial, del cual tanto se habla lo difícil que es motivarlos y retenerlos. Ella estaba pasando un proceso de pérdida de motivación en su trabajo y búsqueda de nuevas oportunidades. ¿cuál era la razón? Porque se sentía infeliz con su jefe inmediato. Un hombre de muchísima experiencia en el negocio, vastos conocimientos del producto que venden, pero a pesar de todos los años de ocupar posiciones gerenciales, con ninguna capacidad para liderar a su equipo de jóvenes profesionales. Ella buscaba moverse a otra área, pues le gusta su empresa, pero si el cambio no se daba en poco tiempo, estaba decidida a retirarse y llevarse todos sus aprendizajes a otra empresa.
Hace unas semanas, le ocurrió el milagro después de muchas oraciones, pues le comunicaron que le cambiarían su jefe. Ya ella conocía de la reputación de este profesional, a quien ella describe como un verdadero “líder”. Al preguntarle qué era lo que ella apreciaba de él, su respuesta fue, que les apoya a proponer innovaciones, les reconoce su trabajo, defiende sus propuestas y proyectos frente a sus pares y, lo más importante, que la hacía feliz en el dia a dia de su trabajo. Ahora ella trabaja con entusiasmo, incluso en ocasiones se queda después de su horario con tal de cumplir con sus responsabilidades, cuando antes era de las primeras en salir, después de su jornada de trabajo.
Muchas empresas exitosas en el mundo cada vez están más conscientes de esta ecuación personas felices = personas más productivas. Por eso, incluso, han creado unidades y posiciones que se encarguen de la felicidad de sus colaboradores, en las estructuras organizativas ya podemos encontrar gerencias de la felicidad. Estas tienen como función primordial buscar las maneras de tener a su gente feliz dejando a un lado la ortodoxa forma motivar a su gente y siendo muy abiertos y creativos, rompiendo paradigmas, pues sostienen la firme creencia que obtienen más, flexibilizándose, que manteniendo el status quo de políticas rígidas en el manejo del personal.
Por tanto, ¿para que necesitas gente feliz en tu empresa? Porque obtendrás mejores resultados de ellas. Estarán contigo alcanzando los resultados esperados y disfrutando los retos en un ambiente de cooperación y armonía.