A lo largo de los años de este siglo XXI estudios a nivel mundial (*) nos indican que el Coaching evoluciona de ser un apoyo para resolver problemas, a convertirse en una herramienta para el desarrollo proactivo del liderazgo. Incluso, tener un Coach Ejecutivo se ha convertido en un símbolo de status, ya que las empresas solo invierten sus muy disputados recursos en su mejor talento humano.
El enfoque de hoy es el de la psicología positiva por medio del cual, se busca potenciar las fortalezas del ejecutivo, reforzándolas aún más y de esa manera, contribuir a la satisfacción personal del Coachee, el cliente de un Coach, permitiéndole alcanzar sus objetivos siendo más feliz y productivo. Lo que se busca es potenciar emociones positivas, lo cual no quiere decir que no surjan las debilidades que durante se atienden.
Las empresas a nivel mundial que son exitosas, que logran sus resultados y son conocidas en el mercado laboral por su ambiente de trabajo positivo y atractivo, invierten en procesos de coaching interno. Se observa un crecimiento en la formación de Coaches internos que desarrollan la competencia y la aplican con sus equipo de trabajo, alcanzando resultados sobresalientes con equipos motivados, leales y comprometidos hacia las metas de la empresa.
Según estudios efectuados a nivel mundial el mayor valor a los procesos de Coaching que los ejecutivos le asignan es al “Change Management”, seguido por la creación de crecimiento y la productividad. Estos resultados han contribuido al aumento de credibilidad del Coaching alcanzando un 87% según estudios efectuados, lo que ha provocado un consistente ascenso de la demanda de estos servicios en las organizaciones exitosas. De igual forma, esta tendencia se observa en empresas operando en El Salvador con sus consecuentes resultados positivos.
Podemos concluir entonces que el coaching año con año está cobrando auge en las organizaciones, especialmente para los primeros niveles en la estructura organizacional. Las empresas han palpado los beneficios que obtienen cuando un alto ejecutivo vive un proceso de autoconocimiento para luego potenciar sus fortalezas y una transformación interna, la cual se ve reflejada en sus comportamientos del día a día, ya que desarrollan competencias “soft” que les permite dirigir a sus equipos de trabajo, facilitándoles la ejecución, pues aprenden a escuchar, apoyar, empatizar y retar a sus colaboradores a que alcancen altos estándares. Adicionalmente, aprenden a manejar sus emociones en función de sus propósitos, creando estados de resiliencia y entusiasmo e induciendo éstos a los miembros de sus equipos.
¿Por qué se alcanzan estos resultados con el Coaching? Porque es un proceso personalizado en el cual cada persona explora su interior, se descubre a sí mismo creando conciencia de cómo opera en su liderazgo, los resultados que obtiene y los que puede obtener al generar los cambios necesarios y haciéndose responsable de ellos. Esto a su vez tiene un efecto sistémico o multiplicador en su entorno, influyendo directamente en la cultura organizacional.
Se basa en el principio sencillo pero a la vez de alto impacto que es “El cambio empieza por uno mismo”
(*) The Executive Coaching Survey is a market research project, now in its tenth year. The report originates with Sherpa Coaching, headquartered in Cincinnati, Ohio, USA.